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Antes de que los maestros de hoy se convirtieran en lo que son, fueron admiradores y pupilos de los grandes arquitectos de ayer. Algunos de éstos, sin embargo, apenas aparecen en muchos libros y resulta difícil encontrarlos en los blogs, incluso en los de arqueologías del futuro. Paradójicamente los prólogos de sus monografías o los discursos de apertura de sus recientes exposiciones los firman sus pupilos más aventajados . Ese es, por ejemplo, el caso de Claude Parent, cuyo libro introduce Jean Nouvel, ilustrado con fotografías en el que se le ve bien acompañado de un joven y risueño Rem Koolhaas. Este polémico arquitecto francés, después de conocer a Paul Virilo e influido por otros filósofos y artistas, escribió su conocido manifiesto revolucionario, «Vivir en lo oblicuo», donde aunaba conceptos arquitectónicos, urbanísticos y sociales, y cuyas palabras, junto con sus dibujos y obras, parecen haber inspirado muchos de los planos inclinados de OMA, algunos trazos de Zaha Hadid y algunos trabajos de su compatriota Jean Nouvel. Un manifiesto, radical y utópico en sus superficies pero inspirador y subversivo en el fondo, capaz de provocar, como buen ensayo, una mirada oblicua, donde los principios buscan continuamente una posición estable apoyados sobre un plano inclinado.

+info via domus – claude parent portrayed by jean nouvel

+artículo NYT – All Ramps and Spirals and Mosquito Landings

Con Nicolai Ourousoff fuera de escena, se ha generado no sólo una cierta sensación de vacío dialéctico sino todo un debate sobre cómo, cuando, quien y qué se critica. Una reflexión sobre la transcendencia de esta profesión a veces sólo considerada como mera «opinión externa». Por contra, la buena crítica se hace necesaria y debe ser exigente para potenciar la arquitectura y acercar ésta a la sociedad con discursos que introduzcan reflexiones capaces de generar esa misma exigencia por parte de quien la promueve y habita. Los debates sobre esta disciplina han estallado en el seno estadounidense y se pueden leer ácidas consideraciones como esta Why Nicolai Ouroussoff Is Not Good Enough, escrita por Alexandra Lange del Design Observer. Al mismo tiempo se descubren otros nombres como el de Justin Davidson del New York Magazine, teniendo incluso la posibilidad de votar por ver quien remplazará Nicolai Ouroussoff en el New York Times. A la vista está que se busca una crítica de referencia internacional que nos de la oportunidad de entender los edificios más allá de ellos mismos, sus creadores y sus entornos.

«Pienso que la probabilidad de encontrar la belleza es mayor si no la trabajas directamente» (Peter Zumthor)

Entender una figura de la talla de Peter Zumthor requiere tiempo y sensibilidad. Dedicación hacia una figura reservada, a contracorriente, que se limita a buscar el sentido práctico de una profesión que entiende y trabaja con oficio. Un retrato elaborado y realista que Michael Kimmelman ha perfilado a través de este extenso artículo del NYTimes, The Ascension of Peter Zumthor. Una revelación sobre el buen hacer de quien persigue la belleza usando la arquitectura.

«La belleza en arquitectura está guiada por un sentido práctico. Esto se aprende estudiando los paisajes de los antiguos poblados de granjeros suizos. Si haces lo que debes, entonces al final hay algo, que quizás no puedas explicar, pero que si eres afortunado, tiene que ver con la vida» (Peter Zumthor)

foto de portada por Kathleen Cheong

Hace tiempo que intenté escribir algo sobre Bill Cunningham pero no encontré los argumentos a pesar de leer esta auto-reseña del NYT , Bill on Bill. Parece que no era el momento. Ahora se presenta un documental sobre este personaje de la vida neoyorquina más fashion. Un abuelete entrañable que lleva medio siglo tomando fotografías de aquellos que marcan tendencia en el día a día y no sobre las pasarelas. Un avanzado de todas esas webs y blogs que persiguen ahora lo último para postearlo en la red. El que describen como el antropólogo de la moda de Nueva York ya tiene documental, y es que lleva muchos años escribiendo en The New York Times unos característicos suplementos de estilo, ‘On the street’ y ‘Evening hours’, que puedes curiosear en la red. Parece que el rodaje ha sido difícil pero sin duda es un personaje que merecía cierta atención a pesar de sus comprensibles reticencias.

Los museos se expanden por Oriente de la mano de los que algunos creían desaparecidos, star architects.  El Louvre de Jean Nouvel en Abu Dhabi o el recién presentado Zayed National Museum de Sir Foster son sólo algunos de lo últimos ejemplos de un fenómeno que analiza cuidadosamente, con precisión y cierta extensión, Nicolai Ouroussoff en este artículo del NYT [Buildings Museums, and a Fresh Arab Identity]. Más allá de un mero atractor cultural heredado del efecto guggenheim, estos edificios se enfrentan a la verdadera aceptación de su arquitectura por parte del mundo árabe, inquietud esbozada en estos vídeos de los propios arquitectos. Es Foster quien además acaba de estrenar otro complejo en Oriente, el Masdar Institute campus, donde sorprende, gratamente, una arquitectura que manteniendo su sello tecnológico parece fusionarse con una imagen del lugar que tenemos desde Occidente. Queda por confirmar si estos lugares serán efectivamente propiedad e identidad de sus verdaderos habitantes o tan sólo uno más de los iconos globales de este elenco de arquitectos. A primera vista, las intenciones son buenas, la arquitectura parece menos espectáculo y algo más próspera. El tiempo lo dirá.

En realidad, casi cualquier material es aceptado a la hora de conformar un collage. Término acuñado a principios del siglo XX por artistas como Georges BraquePablo Picasso, con potencial suficiente como para que su concepto haya aguantado hasta hoy en que los medios digitales han extendido su uso. Sin embargo, hay una diferencia entre el banal montaje y el verdadero collage, éste al que notpaper dedica un interesante blog donde, no sólo se recopilan obras de artistas contemporáneos, sino que les entrevistan sobre aquellas intenciones que persiguen en ese «básico» ejercicio de pegar, superponiendo realidades, elementos y significados que inicialmente no pertenecen a un contexto único y cuya unión construye su fuerza. En particular, me ha llamado la atención este collage espacial en el que un espacio ha adquirido una nueva dimensión gracias a la superposición de esta cerámica impresa. Está claro, si te tomas un café aquí, que te traigan algo para picar leer.

D’Espresso’s Bookish Coffee Bar via nytimes

Para Brancusi la forma ideal para observar sus obras era en tamaño monumental. En su estudio ubicaba sus modelos de la manera en que debían ser vistas por el público, de hecho prefería mostrarlas en su lugar de concepción que en las galerías. Todo formaba parte de una coreografía magistralmente orquestada que el artista compartía con los visitantes a su taller. via artstudiomagazine

Ha sido inevitable rescatar esta descripción de una de las obras artísticas más íntimamente ligada al espacio en el que se concibieron, mientras leía este artículo del nytimes [street art way below the street]. Una lectura muy recomendada que mejora acompañada del sonido de la web del proyecto [the underbelly project]. Esta iniciativa a movido a un centenar de artistas urbanos a «jugarse el tipo» para escabullirse en un lugar inóspito bajo las calles de Nueva York y crear una obra colectiva de arte urbano que no sólo pertenecerá a ese lugar desde su origen y concepción, sino que apenas será visible para nadie más. Un ejercicio de poética urbana, cargada con todas las connotaciones de este arte: prohibido, oculto, subterráneo, alternativo, callejero, arriesgado, desprendido, subversivo… Circunstancias estas que incitan a reflexionar sobre las ocasiones en que contenido y continente (obra y espacio-lugar), son inseparables para su creación, existencia y conservación.

… Las obras que se quedaron en su taller han ido sufriendo un deterioro importante, sólo conservadas de la manera adecuada gracias a las fotografías que el artista realizó de ellas. via artstudiomagazine

Del mismo modo en que “Brancusi y la fotografía” quedaron íntimamente ligados y analizados en el libro de  Elizabeth A. Brown; o como la escultura del último siglo y su fotografía quedaban estrechamente unidas a través de la exposición del MoMA [copia original]; son ahora estas nuevas obras de arte, ocultas al viandante, las que merecen una representación a la altura. Por el momento ésta se limita a un breve vídeo que acompaña el artículo y a un puñado de imágenes que ha captado lunapark a la luz de un foco. Quien hubiera dicho que hoy brancusi y el graffiti encontrarían un punto en común.

via archinectdesignboom

Un artista casi desconocido y una línea que casi pasa desapercibida. Puede que sea un resumen algo breve de este artículo del newyorktimes que describe esta ingeniosa obra de arte urbano, incapaz de apreciarse en su totalidad a pesar de ocupar todo el ancho de Manhattan. momo, que así se llama su autor, decidió en 2006 plasmar su firma en la gran manzana, pero lo hizo a una escala de satélite que, sin embargo, apenas se ve a pocos centímetros del suelo. En su web momo show palace puedes ver algo más sobre sus trabajos y alguna colaboración con el español eltono.

Al hilo de un artículo del New York Times [Leaving the nest, protégés find fame] escribían una reseña en archdaily sobre esos arquitectos que, después de pasar casi una década en los estudios de grandes maestros de la arquitectura, por fin encuentran su camino. De SANAA ha surgido el estudio SO-IL, del de Tadao Ando wHY architecture y de las manos de Zaha Hadid el Studio MDA. En el artículo descubren cómo, después de dejar el nido, los polluelos han conseguido esos proyectos que les dan a conocer en solitario. Se presentan en primer plano después de vivir a la sombra de los Pritzker que tuvieron de mentores, un privilegio que encarna ciertos riesgos y de cuya experiencia se puede aprender.

Mr. Idenburg afirma que “La arquitectura es una profesión de paciencia” añadiendo, “Durante los primeros 10 años sólo debes esperar sobrevivir.” Mr. Dochantschi dijo que es duro para los jóvenes arquitectos romper el arraigo de las firmas porque los bajos salarios no permiten acumular un capital propio para comenzar». Además también, «tienes que esperar tener experiencia suficiente», dijo. «Pero si esperas demasiado, tendrás una familia que mantener». Añadió, » Tienes que encontrar el momento adecuado para saltar»

En un extenso artículo del NYT [The way we design now]  Allison Arieff cuestiona la posición del diseño en el momento actual. Dicha reflexión surge a colación de la exposición Why design now? que se muestra en el Copper Hewitt Muesum. Apoyándose en citas de conocidos diseñadores, en palabras de fundadores de nuevas instituciones educativas del diseño y en ejemplos de iniciativas privadas, parece vislumbrar una alternativa a la mera cuestión de la generación de formas que heredamos desde la Bauhaus. Las nuevas iniciativas huyen de la simple creación de objetos consumistas para diseñar iniciativas que marquen la diferencia, una diferencia con un compromiso social. «Las innovaciones de bajo coste en salud, habitar, energía y transporte para los 5.8 billiones de personas que globalmente cuentan con escaso o ningún acceso la mayoría de productos y servicios, pero incluso a la comida, cobijo o agua potable, se han convertido en el tipo de cosas que los jóvenes diseñadores quieren abordar» Acaba el artículo dándole la vuelta al título de aquella exposición, en lugar de ¿por qué diseñar ahora? debería llamarse ¿Qué deberían hacer los diseñadores ahora?

Visita la expo online – why design now?