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Archivos Mensuales: febrero 2015

bjarke ingels

Casi al final he cambiado el título de la entrada pensando en la coincidencia que existe entre el nombre del estudio danés y el título de aquella película en la que un joven Tom Hanks encarnaba a un niño de instituto atrapado en un cuerpo de hombre. Aquel niño con apariencia de adulto que era capaz de revolucionar una empresa de juguetes me ha hecho pensar si también un niño que juega con legos y dibuja comics en sus libretas esté atrapado en el cuerpo de Bjarke Ingels tratando de revolucionar, en este caso, la escena arquitectónica. Parece que el discurso del danés está calando, que la arquitectura puede ser sencilla sin caer en lo simple, y que cuando se sale del estudio para involucrar a la gente en la creación de sus propios entornos, incluso cuando las ideas rozan la utopía, la sociedad responde y la arquitectura se democratiza participando de este juego. Ilusiona pensar en que la arquitectura vuelva a devolver ese poder a la sociedad pudiendo construir un mundo de sueños donde los deseos, como en la película, se hacen realidad.

optimismo_pragmatico

Mark Stevenson dice que una persona no es sólo  esa profesión especializada en la que nos ha encasillado, hasta ahora, la sociedad industrial. Apuesta por redefinirse y cometer el error de salirse del camino marcado porque la sociedad está cambiando y nosotros debemos hacerlo con ella. Para predicar con el ejemplo las redes ya le definen como un personaje polifacético: escritor, cómico, hombre de negocios, ex-músico profesional, optimista, emprendedor, futurista… Puede que una de las claves del éxito sea huir de las etiquetas pero lo que intenta demostrar es que el optimismo pragmático está en buena parte de la gente que es feliz y que está apostando por una sociedad mejor. Una filosofía que ha plasmado en el libro «Un viaje optimista por el futuro» y que se extiende desde la plataforma [anoptimiststourofthefuture] por el resto del mundo, llegando incluso hasta Madrid donde, junto a Boa Mistura, participó en el proyecto de renovación del Mercado de la Cebada. En esta conferencia de creativemornings confiesa que en esta sociedad debemos «dejar de definirnos por lo que poseemos y empezar a hacerlo por lo que creamos». Si quieres conocerle un poco mejor el programa 147 de Redes ya le invitó para ayudar a dar las claves para enfrentarse al mundo de hoy y enunciar las ocho claves de este optimismo pragmático.

  1. El optimismo es un posicionamiento moral, la vida es una elección. Imagina un mundo mejor y aporta para mejorarlo con pequeñas acciones.
  2. Comprométete con un proyecto superior, más allá de ti mismo.
  3. Hay que abrirse a la evidencia, basarse en los hechos objetivos. «Tenemos que pensar como los ingenieros, no como los políticos.»
  4. Las ideas deben compartirse. Cuanto más se amplifica una idea, más fuerza adquiere. La innovación es el entorno en el que las ideas practican el sexo
  5. No pasa nada si te equivocas, lo irresponsable es no intentarlo. (Una vez le preguntaron a Keith Richards de los Rolling Stones cómo se le ocurrían esos magníficos riffs de guitarra. Y dijo: «Empiezo a tocar hasta que cometo el error adecuado.»)
  6. Somos lo que hacemos, y no lo que tenemos intención de hacer.
  7. Ponerse en marcha, superar la resistencia al inicio, superar la procrastinación. Empezar poco a poco hasta conseguir la dinámica de la acción.
  8. Cuando te embarcas en un proyecto grande, debes planteártelo como un torneo muy largo. Siempre digo que es como un torneo que consta de diez rondas, y hay que ser consciente de que en la primera ronda vas a perder nueve batallas de cada diez. Esto es así porque a casi nadie le va a gustar tu nueva idea, estás luchando contra el modelo imperante. Siempre pierdes más veces de las que ganas, pero al final puedes conseguirlo. Lo importante es no confundir las primeras rondas con todo el torneo

vias bitnavegante – huffingtonpost – swiss-miss

la teoría del huevo y la ciudadGracias a la bibliografía de Bernard Tschumi en su curso de Columbia, Architecture (+cities) as concepthe descubierto un breve texto que propuso el arquitecto Cedric Price en compañía del escritor y critico de arquitectura Reyner Banham, el urbanista y geógrafo Peter Hall y el editor de la revista en que se publicó, «New Society«, Paul Barker. Non-Plan resultó ser un manifiesto urbanístico que apostaba por una anarquía, presuntamente responsable, que liberaba el territorio de cualquier normativa, algo que denominaron experimento sobre la libertad, y que, al parecer, levantó en su momento no pocas iras y críticas entre arquitectos y urbanistas. Su atenta lectura permite imaginar, y/o temer, una ciudad sin ley y sin límites cuya forma no se atrevió a predecir en esta analogía del huevo y la ciudad con la que sintetizó la evolución histórica de ésta. Probablemente, con una intención más provocadora que realista, Price indujo a una reflexión sobre la incertidumbre, el cambio, la velocidad, la mutación y la indeterminación de la ciudad contemporánea en contra del estatismo y una sobre-legislación que trata de controlar y domesticar el urbanismo y que a menudo constriñe la evolución de la ciudad hasta que se manifiesta en la marginalidad y abandono de algunas áreas que, más tarde que pronto, son rescatadas de su propio destino. Puede que las ciudades no lleguen a moverse sobre ruedas como esbozó utópicamente, sin embargo, la lectura y reflexión de este manifiesto permite imaginar un entorno más abierto a la colaboración ciudadana, a la reflexión pública y a la generación de paisajes urbanos todavía no imaginados. Abusando de la analogía gastronómica, es posible que sea necesario deconstruir la tortilla-ciudad para poder redibujarla, continuamente.

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