Para Brancusi la forma ideal para observar sus obras era en tamaño monumental. En su estudio ubicaba sus modelos de la manera en que debían ser vistas por el público, de hecho prefería mostrarlas en su lugar de concepción que en las galerías. Todo formaba parte de una coreografía magistralmente orquestada que el artista compartía con los visitantes a su taller. via artstudiomagazine
Ha sido inevitable rescatar esta descripción de una de las obras artísticas más íntimamente ligada al espacio en el que se concibieron, mientras leía este artículo del nytimes [street art way below the street]. Una lectura muy recomendada que mejora acompañada del sonido de la web del proyecto [the underbelly project]. Esta iniciativa a movido a un centenar de artistas urbanos a «jugarse el tipo» para escabullirse en un lugar inóspito bajo las calles de Nueva York y crear una obra colectiva de arte urbano que no sólo pertenecerá a ese lugar desde su origen y concepción, sino que apenas será visible para nadie más. Un ejercicio de poética urbana, cargada con todas las connotaciones de este arte: prohibido, oculto, subterráneo, alternativo, callejero, arriesgado, desprendido, subversivo… Circunstancias estas que incitan a reflexionar sobre las ocasiones en que contenido y continente (obra y espacio-lugar), son inseparables para su creación, existencia y conservación.
… Las obras que se quedaron en su taller han ido sufriendo un deterioro importante, sólo conservadas de la manera adecuada gracias a las fotografías que el artista realizó de ellas. via artstudiomagazine
Del mismo modo en que “Brancusi y la fotografía” quedaron íntimamente ligados y analizados en el libro de Elizabeth A. Brown; o como la escultura del último siglo y su fotografía quedaban estrechamente unidas a través de la exposición del MoMA [copia original]; son ahora estas nuevas obras de arte, ocultas al viandante, las que merecen una representación a la altura. Por el momento ésta se limita a un breve vídeo que acompaña el artículo y a un puñado de imágenes que ha captado lunapark a la luz de un foco. Quien hubiera dicho que hoy brancusi y el graffiti encontrarían un punto en común.
via archinect + designboom