Hace ahora casi dos años que Rafael Moneo se prestó a conversar en una ficción, como él mismo define ese diálogo con el periodista Antonio San José en una intimidad de atrezzo frente a un público que desbordó el aforo de la Fundación March. El tiempo no pasa para los buenos diálogos, igual que ocurre con las grandes arquitecturas y es a raíz de una pregunta de Juana de Aizpuru cuando el maestro español reflexiona sobre la pérdida de valor de la imagen hoy en día, el desplazamiento que han sufrido, especialmente, las artes gráficas, que deberían poder recuperar la capacidad hacer reflexionar sobre las imágenes que producen. La arquitectura, continúa, no está lejana a otros terrenos del arte y, parafraseando sus palabras,
La arquitectura debiera rescatar un protagonismo en la definición del territorio desde condicionantes más lógicos y desde una racionalidad perdida. El protagonismo que los arquitectos hemos adquirido con los nuevos medios de representación y las nuevas técnicas han hecho que realmente tenga más valor casi, el proceso del proyecto y que haya más invención en la propia elaboración de lo que se quiere construir, que en la persecución de aquello que se construye.
Y no acaba ahí la siempre lúcida interpretación que el de Tudela hace de la realidad que le rodea, ni la conversación se limita a su vida sino que abarca su labor de profesor, de alumno, de aprendiz y una influencia que sigue extendiéndose entre los arquitectos, estudiantes y aficionados que llenan espacios para aprender de sus palabras, inteligentes y precisas, que sólo parecen atropelladas a veces por esos pensamientos que siempre apoya en unas manos sabias y reflexivas que han dibujado arquitecturas no explícitas, para él, las más interesantes.
Via afasiarq