Pocos lo dirían, a primera vista. Acostumbrados como nos tiene a volúmenes de cristal y estructuras estilizadas, un proyecto de renovación tan delicado como llamativo no parecía propio del Lord. Pero son las piezas pequeñas, los ejercicios encorsetados y los lugares emblemáticos en los que los verdaderos maestros muestran su genio. Una combinación de aluminio y cobre que se presenta con formas tubulares y evoluciona en texturas convexas y planchas simples se mimetiza con el ocre de este estudio y villa que se levantó para el artista Franz von Lenbach en 1891 y que hoy es el Museo Lenbachhaus de Múnich. En este «joyero» dorado se esconden no sólo las joyas de la exposición sino algunas de las esencias que Foster&Partners tienen bien guardadas. +info via archdaily
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